¿Alguna vez has imaginado cómo sería vivir en una "ciudad fantasma" escasamente poblada? Con alquileres bajos, hermosos paisajes y aire fresco, parece un lugar ideal para vivir. Sin embargo, cuando cae la noche, la ciudad revela su lado desconocido. Hoy descubramos el misterio de esta "ciudad fantasma" y exploremos la vida cotidiana allí.
En esta ciudad, no es fácil salir de noche y encontrar un plato caliente de sopa de fideos o un estofado picante. Cuando caminas por una calle vacía, hay silencio por todas partes, con sólo unas pocas luces parpadeando en la distancia. Esta escena recuerda la inquietante atmósfera de Silent Hill. De hecho, debido a la escasa población, muchas comunidades están casi completamente a oscuras por la noche y es aún más difícil encontrar restaurantes pequeños.
Para solucionar el problema de la cena, es posible que tengas que conducir decenas de kilómetros para encontrar algunos restaurantes abiertos. Esta situación superó con creces las expectativas de muchas personas. Durante el día, sólo hay unos pocos restaurantes pequeños para elegir. Las opciones para llevar no sólo son limitadas, sino también caras, y el tiempo de entrega es de aproximadamente una hora. Por tanto, la forma más cómoda es comprar y cocinar tu propia comida.
En esta ciudad, los pequeños y medianos supermercados se han convertido en el principal lugar de compra diaria de los residentes. Hay uno o dos supermercados cada pocos kilómetros y los precios son relativamente razonables. Además, el mercado es también un lugar único para realizar compras. Sin embargo, el mercado es más corto, generalmente solo abre por la mañana y está ubicado en lugares dispersos, y solo abre cada cuatro días. Sin embargo, el marisco del mercado llama la atención. Las vieiras que pescan los lugareños son muy baratas durante esta temporada y las ostras especiales de Rushan se pueden ver en todas partes.
Cuando se trata de transporte, tener un medio de transporte propio es particularmente importante. Aunque aquí hay autobuses, son menos frecuentes y las plazas accesibles son limitadas. Durante la estación fría, tanto esperar como caminar puede convertirse en un desafío. Sin embargo, si tiene un automóvil, las carreteras anchas y los pocos vehículos le brindarán una experiencia de conducción cómoda.
Desde el punto de vista médico, la ciudad cuenta con un hospital público que, aunque pequeño, debería poder atender dolencias comunes. Además, también están disponibles servicios básicos de vida como bancos, farmacias y peluquerías, pero en cantidades limitadas. Por lo tanto, la mayoría de los productos, además de los alimentos, deben comprarse en línea y la entrega urgente suele tardar tres o cuatro días. Aunque la entrega urgente no se entregará abajo, el punto de recogida está justo en la entrada de la comunidad, lo cual es bastante conveniente.
Sin embargo, el mayor inconveniente de vivir en un "pueblo fantasma" es la falta de calefacción en invierno. En el frío diciembre, a menudo cae una ligera nieve en el cielo, la temperatura interior sigue rondando los 11 grados centígrados y la humedad del aire llega al 75%. Al vivir en un entorno así, incluso si estás completamente armado, inevitablemente temblarás de frío, y mucho menos saldrás a jugar.
En general, aunque la vida en un "pueblo fantasma" tiene un entorno hermoso y alquileres bajos, los inconvenientes de la vida diaria también son obvios. Hay muchas más casas que habitantes en la ciudad, lo que provoca una falta de servicios comerciales y una mayor dispersión de la población. Esta situación es difícil de revertir en un corto período de tiempo. Aun así, la vida en un pueblo fantasma atrae a quienes buscan una experiencia única. Si está interesado en una vida así, también puede explorarla usted mismo.
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